Carta al niño que fuimos (2/4)

carta al niño interior. Niño secretoY así nos sentamos a escribir una carta al niño que fuimos. ¿Qué le diremos, en qué términos nos dirigiremos a él, qué sentimientos y qué reacciones nos provoca? ¿Hemos sido fieles a sus ideales o le hemos traicionado? ¿Nos sentimos culpables por no haber intentado cumplir nuestro sueños o, al contrario, estamos satisfechos con cómo hemos venido dirigiendo nuestra vida hasta el presente?, etc.

 

Es muy posible que tomemos conciencia de que, en algún momento, erramos el camino, es decir, de que en algún momento empezamos a alejarnos de nosotros mismos, a perdernos en la espesura. Si es así, sería muy conveniente profundizar en ese sentimiento, por muy doloroso que resulte. ¿Somos capaces de aislar el momento o los momentos en los que perdimos la autenticidad/inocencia? ¿Cómo paso? ¿Qué hicimos y por qué? ¿Cómo lo justificamos ante nosotros mismos? ¿Qué significa, para nosotros, ser auténtico o inocente?

¿Somos capaces de aislar el momento en que perdimos la inocencia?

Por supuesto puede ocurrir (lo que, evidentemente es muy excepcional en la clínica) que la práctica de este ejercicio nos deje reconfortados y revitalizados y que nos permita recuperar apaciblemente aquellas sensaciones de autenticidad y de viveza. Puede que incluso nos sintamos orgullosos de haber ido consiguiendo las metas que nos propusimos o de haber sabido renunciar a ellas maduramente. En estos casos aún solemos conservar una cierta sensación de sana inocencia que, en cierto grado, es esencial para una vida plena (ojo, inocencia, que no ingenuidad).

 

Por supuesto, una parte muy importante de la carta puede referirse a nuestra actual y pasada relación con los padres, lo que suele aportar claves importantes sobre nuestra manera de relacionarnos actualmente con otras personas de nuestra vida, especialmente con la pareja si la hay, los amigos íntimos y las figuras de autoridad.

 

Este artículo tiene cuatro partes:

https://madridpsicologia.com/carta-al-nino-interior-que-fuimos-14/

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5 comentarios sobre “Carta al niño que fuimos (2/4)”

    1. Gracias. Sí, a mí me ha sido muy útil muchas veces, tanto a nivel personal como en las terapias. Se puede jugar con la idea y hacerlo de muchas maneras. Tenía pensado escribir una serie de artículos similares, ¿episto-terapia? jeje o algo parecido que he visto que puede ser muy útil. Se puede escribir, por ejemplo, una carta a nuestra parte adicta o a nuestra parte sana o espiritual, o poner a dialogar dos «voces» nuestras como el que siempre tiene miedo y el que siempre sabe lo que hay que hacer, a ver qué se dicen. A veces son ejercicios creativos impresionantes y, si se lo permiten, casi todo el mundo alcanza incluso cierta calidad literaria… Un abrazo y gracias por el comentario.

  1. hola rafa, nuevamente yo , sorprendida por tu manera desinteresada de enseñar tus conocimientos, en estos espacios casi siempren se colocan las verdades a medias, podria decirse que con egoismo, he tomado todo lo que has escrito para mi trabajo en la carcel donde hago mi practica de psicologia, creo que me identifico con lo que escribes, porque a pesar de que tanta gente ve muy descabelllado el psicoanalisis, para mi no lo es tanto

    1. Para mí el psicoanálisis ha sido una herramienta importante, que hay que poner en su sitio sin despreciarlo ni absolutizarlo. Un abrazo y bendiciones!

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